Imagen de Eneko, tomada de
20minutos.es
Una
sangrienta partida
en un
tablero peculiar,
dónde
los cuadros tintados
son
entre negros y colorados
por
la sangre inocente vertida
por
los que como siempre ostentan
el
monopolio de la violencia
que
la ejercen a su capricho
a
capricho y voluntad
y que
como siempre es, sangre negra.
Arriba,
el cielo nublado,
cielo
que estaba estrellado
y el
humo de los disparos
terminaron
por nublarlo.
Del
cielo estrellado y barras,
un
tablero, han creado
donde
siempre la partida,
el
rostro pálido, gana.
No
con argucias ni trampas,
siempre
gana y ganará
por
la fuerza de las armas
y el
gusto de dispararlas.
ASdG. 25 mayo 2015.
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