viernes, 13 de enero de 2017

Dos maneras bien distintas de leer el post de hoy

Besar o ser besado es


FOTO: Mario Leclere
Imagen de Mario Leclere, tomada de 20minutos,es


Besar o ser besado es confiar en otros labios, saber o ser sabido que serán bien recibidos, tratados como crees que se merecen: la otra boca no morderá tu boca, y si lo hace, será con intención y con mesura. Besar es luchar por las ganas del otro, desenredar sus dudas con la punta de tu lengua, o dejarte llevar como en un tango. Habrá un lenguaje no verbal, un pacto tácito surgido del contexto: el cuarto de baño de una biblioteca, un semáforo en ámbar o un fotomatón sugieren besos urgentes. Un beso en la cola del pan te dice eh, estoy aquí contigo, junto a ti, y quiero improvisar, que seamos uno en este preciso instante. O el beso casto y civil ante un juez: te regalo mis labios para el resto de tus días.
Pero también hay besos desesperados, besos eléctricos cuya factura acabarás pagando. Y besos que enmascaran mentiras, de labios tensos y ojos cerrados fuerte, como si cerrando los ojos acallaras las voces de dentro. Y besos de culpa. Y de perdón. Y de socorro. Y de no saber lo que haces con tus labios.
Y besos imaginarios. Son aquellos que te mueres por dar pero no puedes, o no debes. Labios encuadrados en el espejo retrovisor de tu taxi que no son ni serán nunca nada tuyo y se irán, y tú te quedarás con esa imagen grabada en la memoria del tacto de tu boca.
Aunque a veces es mejor imaginarlos.   

El taxista “simpulso”


Besar o ser besado es
confiar en otros labios,
saber o ser sabido
que serán bien recibidos,
tratados como crees que se merecen;
la otra boca no morderá tu boca,
y si lo hace,
será con intención y con mesura.
Besar es luchar por las ganas del otro,
con la punta de tu lengua,
desenredar sus dudas
o dejarte llevar como en un tango.
Habrá un lenguaje no verbal,
un pacto tácito… surgido del contexto:
el cuarto de baño de una biblioteca,
un semáforo en ámbar
o un fotomatón… sugieren urgentes besos.
Un beso en la cola del pan
te dice eh, estoy aquí contigo,
junto a ti, y quiero improvisar,
que seamos uno en este preciso instante.
O el beso casto y civil ante un juez:
te regalo mis labios… para el resto de tus días.
Pero también hay besos desesperados,
besos eléctricos cuya factura
acabarás pagando.
Y besos que enmascaran mentiras,
de labios tensos y ojos cerrados fuerte,
como si cerrando los ojos
acallaras las voces de dentro.
Y besos de culpa.
Y de perdón.
Y de socorro.
Y de no saber lo que haces con tus labios.
Y besos imaginarios.
Son aquellos que
te mueres por dar pero no puedes,
o no debes.
Labios encuadrados en el espejo retrovisor
de tu taxi
que no son ni serán nunca nada tuyo
y se irán,
y tú te quedarás con esa imagen grabada
en la memoria del tacto de tu boca.
Aunque a veces es mejor imaginarlos.


Así es como yo he leído hoy tu artículo. - ASdG

Y añado:

También hay el beso de Judas.

Dos maneras bien distintas
de leer el post de hoy
en él, he visto poesía,
será que la primavera
está queriendo llegar
hoy, no inserto nada más.
Que tengáis un buen día
y a luchar que hay que conseguir
vivienda, justicia social,
educación y sanidad,
y el reparto del trabajo
para que cada cual con su esfuerzo
se pueda ganar su pan.


ASdG. 14 enero 2015

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