domingo, 6 de noviembre de 2016

También fueron emigrantes



Resultado de imagen de la huida a egipto
Iagen tomada de manuelmrtinezcano.com



Yo que emigrante fui
y que en todos aquellos años
nadie, me regaló nada,
pero tampoco encontré
a nadie, que algo me quitara.
Tuve trabajo pan y casa
a cambio, de mi trabajo.
Tuve los mismos derechos,
que los que allí habían nacido
y a la hora de ascender
tuve las mismas oportunidades,
que tuvieron los nativos.

..................................................

Según Mateo: Trece, dos y siguientes,
José, María y Jesús,
también fueron emigrantes.
¿O fueron exiliados políticos?
¿Cómo se les llamarían antes?
La verdad es que, se fueron de su país
fronteras, tuvieron que cruzar.
¿Llevarían pasaportes
o fue, un acto ilegal?
¿Existirían alambradas
con espinos y concertinas?
¿O tal vez, ramas de espinos?
¿Se pincharían sus manos?
¿Se hicieron jirones, sus vestidos?
Sus corazones, temblarían de terror,
tenían la necesidad de cruzar.
Les acuciaba el tener que salir de su país,
la vida de su hijo, tenían que salvar.
Con un bebé, un niño de pañales,
tener que abandonar, su tierra, su país
para buscar asilo o trabajo en otra parte,
los españoles, hemos pasado por ahí.
Muchísimos fuimos emigrante,
o exiliados políticos,
que por ganarnos el sustento,
o por salvar sus vidas,
tuvimos que ausentarnos.
Ningún país de estas cosas,
ni se ha librado, ni está libre.
A todos les llega
más temprano o más tarde,
de que sus hijos tengan que partir
para no morir fusilados, o de hambre.
Y a todos los países también les toca,
tener que acoger a los llegan,
ya que siempre hay cambios,
hay revueltas, hay crisis,
que exiliados y emigrantes, generan.
A nosotros nos tocó, ya hace décadas
el tener que partir
por hambre o por política
y nos agradó que en otros países,
no nos recibieran,
con alambradas de espinos y concertinas,
ni con pelotas de goma, ni con porras,
ni militares con las armas por delante.
Sé que el recibimiento
no fue para nosotros,
ni con bandas de música,
ni alfombras rojas.
Pero tampoco fue,
ni duro, ni denigrante, ni humillante.
Nos dieron casa, trabajo y calor humano,
con algunas excepciones, no lo niego,
En general nos trataron muy bien,
gracias a los pueblos que nos acogieron.
Nunca olvidaremos a los que nos dieron,
lo que en nuestro país se nos negó.
Libertad, o pan, o trabajo, o cultura,
o todo eso junto,
a los que por distintos motivos,
estuvimos en la emigración.
Franceses, Alemanes, Belgas, Holandeses,
Ingleses, Suizos, Suecos, Daneses,
Argentinos, Mejicanos, Brasileños
y a muchos pueblos más que no menciono,
que acogieron a españoles,
y que trabajo nos dieron.
Agradecidos siempre os recordaremos,
eternamente agradecido estará el pueblo.
¿Se acordarán de nosotros,
dentro de unos años,
los emigrantes que paró,
nuestros alambres de espinos
mezclados con concertinas?
¿O los repatriados debido,
a la Ley de Emigración €uropea?
¿Sentirán la misma gratitud y simpatía,
que hacia los pueblos que nos acogieron,
los españoles sentimos?
No sé, no sé, tal vez,
puede que algunos lo olviden.
Otros en su corazones heridos,
no olviden nuestras alambrada,
ni nuestros alambres de espinos.
con espinos y concertinas
cuando las cicatrices, vean en sus pellejos.
Aunque lo que más pincha, duele y daño hace,
son las alambradas de espinos,
que ponemos en nuestros corazones,
para no aceptarlos, para no ayudarlos,
para no integrarlos.
Si DIOS ha hecho estas tierras,
sin dueños, sin amos.
¿Por qué queremos acaparar,
y de todo lo posible apropiarnos?
Si más de lo que necesitamos, ya no es nuestro.
Dejemos que lo que no nos pertenece,
que otros lo utilicen,
lo consuman, lo aprovechen.
No almacenemos, no acumulemos,
no acaparemos, no distraigamos.
Consume lo tuyo,
lo justo, lo necesario,
el resto, compártelo,
con la humanidad, que son tus hermanos.
Si no compartimos
y todo lo guardamos,
puede que nos salga
muchísimo más caro.
Si lo que no es nuestro,
si lo que es de ellos.
un día por la fuerza,
vienen a tomarlo.
O pueden las tornas cambiar,
y los espinos y concertinas
en nuestras alambradas,
puedan impedirnos
a otros países, el poder llegar,
a salvar la vida,
o a ganar el pan.
No quiero barreras,
no quiero fronteras,
no quiero alambradas,
yo no quiero espinos,
ni las concertinas
que corten en las manos,
que pinchen los cuerpos,
que rompan vestidos.
Que como a ganado,
separen a humanos.
Yo quiero vivir
y dejar de vivir,
quiero compartir
con todos los humanos,
ya que por ser hijos
de un mismo DIOS
todos, somos hermanos.

A todos los que trabajan,
por la igualdad de los hombres en el mundo. GRACIAS.


AsdG. 05 noviembre 2005


No hay comentarios:

Publicar un comentario