martes, 25 de octubre de 2016

Sangre en los surcos.


Siempre la tierra fue regada
por el agua de la lluvia,
por lágrimas de quien llora,
por sudor del que trabaja
y por la sangre de aquel,
que protestando reivindica
su pan, trabajo y justicia.
Al agua el viento evapora,
el sudor como las lágrimas,
poco a poco la salinizan.
¿La sangre la vuelve fértil
y por eso, hay tantas matanzas?
Debería volverla estéril,
aunque quedaran las tierras,
yermas, secas y desérticas.


AsdG.  25.marzo. 2011 

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