Imagen
tomada de anipedia.net
En
un río con cocodrilos,
se
paró a beber el zorrillo.
Inquieto,
desconfiado,
miró
en todas direcciones,
estaba
despejado, todo tranquilo.
Aunque
no veía a nadie,
al
agua no se acercaba.
Sabe
bien que el cocodrilo,
le
puede hacer una trastada.
Más
la sed, ya no soporta
y comienza a sopesar;
por
deshidratación, muerte lenta.
O
morir rápidamente,
en
las fauces de un caimán.
A
la orilla se aproxima despacito,
mete
las patas en el agua.
Del
agua sale una mole,
con
la boca grade, abierta.
¡Porqué
poquito se salva!
No
ha podido beber
ni
una gotita de agua.
A
una prudente distancia,
el
zorrillo, que ha salido de estampida
temblando
y jadeante, se para.
El
corazón a mil por horas
se
le sale por la boca.
La
sed le ha desaparecido,
o
le queda… ya muy poca.
Durante
bastante tiempo,
no
hay enemigos a la vista.
Está,
por la emoción bloqueado
y escuchando unos ruidos
que
no llega a discernir
si
son llantos, o si son, risas.
Agudiza
los sentidos
estirando
las orejas.
Ya
percibe nítido y claro,
que
el cachorro de un humano,
está
llorando muy cerca.
Entonces
piensa el zorrillo;
el
cocodrilo está ocupado,
a
un niño se está comiendo.
Tranquilo
ya sin peligro
a
lametazos, el agua se está bebiendo.
Salen
unas fauces abiertas
que,
al cerrarse
le
ha seccionado la cola.
Otra
vez… por los pelos,
se
ha vuelto a librar ahora.
Aunque
la cola, el rabo,
ya
no le podrá hacer sombra.
Cuando
el zorrillo patrulle
por
los prados y las lomas
Un
diente le ha rozado el culo
y
ahora ya no tiene un boquete redondo,
es
una raja que sangra.
¡Qué
cerca ha estado el zorrillo,
que
el mondongo se le salga!
Para
calmar el dolor
y
contener la hemorragia.
Se
lame, de la colita, el muñón
y
del culito…la raja.
Así
pasa muchos días
el
zorrillo en su guarida.
Lame
que lame, mira que mira,
el
muñoncito y la rajilla.
Ha mejorado
un poquito
y
sale a recorrer sus dominios.
Ha mejorado un poquito
Ha mejorado un poquito
El
clamor que hay en los montes
es
que, el zorro se ha quedado rabón
y
con una rajita en el culo.
La
lechuza que lo mira
con
ojos desorbitados.
Le pregunta:
¿Amigo Zorro,
qué
es lo que a usted le ha pasado?
Y
le responde muy triste:
El
cocodrilo, el muy cabrito,
con
su llanto, me ha engañado.
Se
ha comido mi colita,
y me
ha dejado el culito, arañado
Yo,
como buena lechuza
todo
lo estoy observando.
Os
he dicho una y mil veces,
que
ese cocodrilo es…Muy raro
El
zorrillo se mosquea
gritando
desesperado:
El
arañazo del culo,
el
cocodrilo no me lo hizo,
ni
con las unas,
ni
con lo que tú estás pensando.
Ha
sido de un mordisco,
con
lo que el rabo me ha cortado
y
con un diente de los muchos que tiene,
al
rozarme el trasero,
el
culito me ha arañado.
La
lechuza que es muy guasona
le
suelta una carcajada,
diciéndole:
¿Con que culito arañado,
te
has visto cómo lo tienes?
¡Te
habrá dado con el rabo!
Lo
tienes, hecho una alcachofa.
Tal
vez te dio un manotazo
que,
tratándose de cocodrilo,
se
puede decir un zarpazo.
Cállate
lechuza verdosa,
te
voy a meter una demanda.
Te
meterán en una jaula,
que
ni el león a ti te salva.
Al
zorrillo ya lo conocen,
por
el rabón de los montes,
o
por culito rajado.
¡Qué
malos son sus vecinos!
Sus
vecinos y sus amigos,
lo
tienen muy mosqueado.
Y
como en todas las fábulas,
hay
que concluir, con la moraleja.
Yo
dejo que cada cual,
saque
la que le convenga o la que pueda.
Bueno…Yo
sacaré la mía.
A
un cocodrilo que llora,
no
le hagas caso, Nicasio.
A
buena distancia mantente,
que
los cocodrilos también lloran,
si
quieren clavarte el…. Diente.
AsdG. 30
octubre 2005.
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