Imagen
tomada católicosconaccion.com
Un pobre deja poco
cuando parte,
quizás algún
afortunado deje deudas,
si en vida tuvo a quien pedir prestado
y ese quien, a pesar de ser a un desgraciado,
se apiadara y algo
de prestado le dejara.
Y que antes de partir, al entregar la cuchara,
pudiera decir: Gasté algo más en esta vida
que lo que en realidad yo me ganara.
No todos encontraron al prestamista,
que un préstamos dejara al que no posee nada
y mucho menos sin tener a un avalista.
A pocos pobres ya difuntos se les recuerda
a no ser que al morir dejara sin saldar,
algún empréstito, débito o alguna deuda.
AsdG. 06
junio 2011
No hay comentarios:
Publicar un comentario