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Al artículo "Las metáforas tópicas:
La media naranja", por José Antonio Hernández Guerrero.
Publicado el lunes, 7 de noviembre 2016 en buceite.com
Como siempre y es habitual
amigo José Antonio, tiene usted
más razón, que el que más tenga.
Una pareja sean matrimonio o no
no forman una unidad de
dos mitades, medias naranjas,
acopladas y engarzadas
como dos piezas mecánicas
que un mecánico ajustador
con precisión las ajustara.
Una pareja siempre serán,
por muy unidos que estén,
por muy afines que sean,
por muy compenetrados,
y por bien que se complementen
dos personas diferentes
que el mismo espacio, no ocupan.
Deben cada uno de ellos tener
un trocito del espacio
una pequeña parcelita
una alacena o carpetita
privada, para sí solo,
donde poder tener
un poco de privacidad
un poco de intimidad
en donde guardar y conservar
lo que se quiera, no compartir
o lo que no se quiera mostrar,
que por lo general siempre son
cosa que no tienen importancias,
pero que se guardan para sí.
Esa norma debiera ser
el primer imperativo
en ponerse cada uno
cuando se forme pareja,
debe de hacerse al principio.
A dicho espacio de intimidad
no se le debe poner cancelas,
ni candados ni cerrojos
para vetar al consorte el acceso.
Pero es indispensable
en la del otro, nunca entrar
e inclusive el no mirar
y por supuesto no hurgar.
Una cosa es el ayudarse,
el apoyarse en el otro
siempre que sea necesario
y otra muy distinta es
el agarrarlo y asfixiarlo.
AsdG. 09 noviembre 2016.
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