sábado, 11 de febrero de 2017

Qué distinta es la vida


FOTO: Wikipedia Commonds
Imagen de  Wikipedia Commonds

"Piénsalo así: tal vez estés equivocado. Puede que la ciudad no cambie tanto como tú te crees. Es más: Puede que la ciudad no cambie en absoluto y seas tú el cambiante y la ciudad sólo se amolde al color del cristal con que la miras. Digo esto porque a veces crees que todo el mundo está triste. Viajas en el Metro y te fijas en el chico de ojos tristes sentado a tu lado, o sigues con la mirada al mendigo que pide limosna  hasta el punto de meterte en su piel y sentir frío, o te quedas clavado en el músico del largo pasillo que toca en clave melancolía. Y otros días, sin embargo, te da por alzar la vista y observas el tono fuego y blando de las nubes en pleno ocaso mientras piensas: qué maravilla. O te fijas en un edificio al azar y analizas sus detalles con asombro, o te cruzas con la chica más guapa a este lado del Manzanares y aprietas los puños en señal de intentar mantener la intensidad del momento, o todas las canciones de la radio te parecen profundas y agilizan e iluminan tu mente. Son las mismas canciones de tus días tristes, la misma chica guapa o el mismo cielo, pero tú lo tomas de otro modo, lo interpretas de otro modo…"                                                                el taxista (simpulso)




Qué distinta es la vida
para cada uno de los mortales,
No para todos es igual
aunque, vivan en la misma ciudad,
aunque vivan codo con codo
aún, en el mismo día
y en mismísimo instante.
Ni el color de las nubes,
ni las fragancias del aire,
ni la bellezas de la que pasa,
ni el colorido de las flores
para dos seres, son iguales.
Depende de, tantas cosas,
y no del prisma solamente.
 Depende de si trabaja
o, que en el paro te encuentres,
depende de lo que ganes
y de que con ese dinero
no llegues a fin de mes
o te sea suficiente,
depende de los amores
o de lo solo que te encuentres,
depende de tus adentros,
que tus ojos vean cosas
que para otros… son diferentes.
Todos solemos tener
un lugar, un rinconcito
donde podernos aislar
para rumiar lo vivido,
para recordar momentos
que no caen en el olvido
porque queremos tenerlos
cuando estamos decaídos.
Y si no hay que buscarlo,
ese rincón puede estar
y de seguro que lo está
muy cerquita de nosotros,
o dentro de nosotros mismo.


                                                           ASdG. 12 febrero 2014

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