Imagen tomada del Blog de Alfred López
En elecciones
locales
hace ya más de
ocho años,
un obispo andaluz,
se opuso a que un
joven cura
se presentara a
comicios,
en su pueblo para
alcalde
sin dejar de ser
el párroco,
entonces, le
escribí yo esto:
Monseñor con mis
respetos:
Este humilde ser
le ruega
que, a ese párroco
de Cómpeta
que tiene ganas y madera,
permítale que
demuestre
que, para ser buen
alcalde
no le estorba la
sotana.
Y que el
compaginar la alcaldía
con asuntos
parroquiales,
bien lo puede
hacer un cura,
que ese párroco en
su día,
sería el mejor
alcalde,
que llegó a la
alcaldía.
Si tiene inquietud
social
y quiere ayudar y
servir,
lo mismo que lleva
él
los asuntos de las
almas,
igual de bien y a
le vez
pueda al pueblo,
administrar.
No le ponga en el
aprieto
si desea ser
alcalde,
que antes de las
elecciones,
deba
secularizarse.
Si lo de alcalde
eligiese,
perderíamos un
buen cura.
Si sólo sigue
siendo cura,
se perderá un buen
alcalde
ASdG. 06 marzo 2007.
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