Imagen tomada de tn.com.ar
Un hombre, un
preso llorando,
quizás por falta
de libertad,
por estar en
cautiverio.
Por no tener que
comer
más que un
mendrugo de pan
o por de sus culpas,
el peso.
Tal vez, no sea
culpable
y cuando fue
condenado
lo dejaron
indefenso,
o pueda ser que ese hombre
llore, porque la
fe ha perdido
y la esperanza y
el deseo
de volver a la
libertad.
Que en su alma sienta
miedo
de volver a la
sociedad
en la que se
sentirá más preso
que, se siente en
el penal.
AsdG. 01 febrero 2010
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